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diumenge, 4 d’octubre del 2015

KÉA


Continuando al Este, nuestra primera isla cíclades fue Kéa. Desde la Bahía de Sounio y bordeando el Sur de Isla Makronisos fueron aproximadamente unas 16 millas con vientos suaves del Norte que nos permitió navegar relajadamente a vela hasta la Bahía de Ayios Nikolaou al NW de la isla.
A la entrada de la bahía destaca el Faro-iglesia o la Iglesia-Faro por su color blanco sobre el color oscuro del montículo donde se encuentra.




Una vez se entra en la bahía esta se subdivide en dos, con un puerto cada una. Al frente y al fondo Vourkari y a la entrada girando a estribor rumbo Sur, Livadhi.


bahía Vourkari, fondeo y amarre a la derecha


detalle de la zona de amarre de Vourkari

entrando a estribor zona  de amarre Livadhi

 Hicimos primero un pase por esta última para ver un poco la zona de puerto y nos fuimos a atracar en Vourkari pues el pronostico era de vientos del Sur y allí se estaba mejor resguardado. El parte se cumplió y pasamos un par de tormentas de lluvia y viento fuerte que llegaba tanto del SW como del SE… El Yin Yang quedó bien desalado.








Allí conocimos a Mercedes y Gabriel, venidos de Uruguay básicamente para probar un Pogo 10.50 durante sus vacaciones. Es una historia que no podremos evitar contar.


Pogo 10.50

Gabriel, amante de la navegación a vela, decidió comprar un Pogo 10.50 y como el barco tardarían un año en entregarlo decidió que por sus vacaciones vendría a Grecia con Mercedes a probar el mismo modelo de su esperado barco. Entretanto le apareció como caído del cielo la oportunidad de comprar un barco idéntico de segunda mano en muy buenas condiciones y prácticamente sin moverse de su casa. “Cosas del destino”… en fin, que con los billetes comprados y todo contratado se vinieron a Grecia a probar el barco que ya tienen en tramites de cambio de nombre en casa. Gracias a eso les conocimos y pasamos ratos bien agradables entre tormenta y tormenta.




Después de dos días con cara de invierno y tormentas no pudimos hacer muy buenas fotos de la zona que no dejaba de tener sus curiosidades. Hay restos de un pueblo de piedra en los alrededores de lo que fue la antigua zona portuaria de la isla y algunas muestras de que tal vez el nivel del mar realmente está aumentando.




restos de la antigua zona portuaria

en primer plano muelle sumergido


Muy cerca de este muelle sumergido hay una casa bastante grande abandonada en la que hay huellas de que el mar en algunos momentos durante el año entra hasta allí.

En el muelle donde estábamos atracados, durante las tormentas con un poco de movimiento del agua faltaba poco para inundar la calle. 



En Vourkari hay que tener el cuidado de echar el ancla tan lejos como sea posible al atracar pues la profundidad varía rápidamente de diez o catorce metros a dos o tres mientras te acercas al muelle. También hay una amplia zona de fondeo que queda limitada por las profundidades. 

En el muelle hay algunas tomas de Agua y electricidad. Delante, cruzando la calle hay variedad de bares y restaurantes. Servicio de taxis para subir a la Chora y el autobús que solo pasa los fines de semana.




Pasados los dos días de vientos del Sur llegarían vientos del Norte; con las primeras rachas levamos ancla y nos fuimos al puerto de Livadhi que había mejor fondo para el ancla y quedabamos mejor protegidos por el nuevo rompeolas y los ferris que casi siempre hay alguno y también hacen de pared. 
Al día siguiente nuestros amigos Gabriel y Mercedes regresaban para devolver el barco, adelantando el regreso por problemas familiares. Deseamos que todo haya ido bien… Pronto tendremos noticias.
La estancia en Livadhi tal vez se alargó demasiado. Entre el tiempo que continuó un poco inestable y nuestro deseo de ver los alrededores y visitar la Chora también ayudaron.






En el puerto de Bahía Livadhi hay tomas de agua y electricidad que funcionan con una tarjeta que se compra al marinero encargado de los servicios del puerto y de cobrar las tasas correspondientes por la estancia. Para doce metros 7€ por noche aproximadamente.




Hay un amplio espacio para fondear delante del muelle, teniendo cuidado de dejar sitio para la maniobra de los Ferris que también echan ancla para atracar.



Hicimos un intento de ir una tarde con las bicis hasta la Chora que está en medio de la montaña y aunque recorrimos un largo trecho siempre subiendo tuvimos que volver pues se hacía de noche y faltaba la vuelta. Sirvió para ver un poco de vida campestre y encontrar un supermercado con mejores precios para nuestro reducido presupuesto mensual.




Con la mirada puesta en nuestra siguiente parada, guardamos las bicis y lo dispusimos todo para salir temprano por la mañana después de desayunar con el viento del Norte que seguiría soplando…






Next Port Syros…

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