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dimecres, 2 de setembre del 2015

SUBIENDO POR EL OESTE DE CORFU...




Dejamos Parga temprano en la mañana con la intención de no llegar muy tarde al puerto de Alipa como escala en el camino a Tricase.  Según habíamos visto no parecía tener mucho sitio para embarcaciones de paso. En general parece un puerto pequeño. Las fotos de la guía no lo dejan mal, así que intentaríamos llegar a tiempo para amarrar en puerto.
Al principio de la mañana usamos el viento enlatado (motor) porque la brisa que corría no empujaba con fuerza suficiente. Aprovechamos para cargar baterías que no aguantan mucho la carga últimamente y de paso iríamos cerca de la costa para disfrutar del paisaje. 




El viento mejoró con el paso de la mañana llegando hasta unos 9 nudos venidos del SSW que nos entraba por la aleta de babor dejándonos navegar entre 5 y 6 nudos usando Yankee, mesana y una puntita de motor. Mientras nos acercábamos a Alipa se fue organizando un mar de fondo venido del W que aunque no era muy alto si que llegaba con energía suficiente para entrar en casi todas partes de la costa W de Corfu. Cuando encaramos la bahía de Alipa el mar de fondo era bastante caótico, tal vez por el rebote contra la costa de la bahía. Quedó claro que si no entrábamos en puerto no tendríamos una buena noche para tomar sopa en cualquiera de los fondeos posibles.
Mientras nos acercábamos a la bocana salían de todos los sitios todo tipo de artilugios flotantes: dos submarinos de paseos fondo de cristal, motos acuáticas, lanchas de alquiler, barcos de paseos, etc., pero todo a un ritmo que parecía acelerado. Entre tanto mientras éramos más conscientes de lo ajustada que iba a ser la maniobra de echar el ancla y tomar amarras a tierra un barquero que salía nos hizo señas de que había sitio al lado del único velero que asomaba el palo por encima del rompeolas. Soplaban unos 10 nudos del sitio menos apropiado para la maniobra, pero ya estábamos dentro así que continuamos con la maniobra programada. Justo cuando el ancla entró en el agua entre barcas en movimiento y un pantalán flotante, el viento giró para hacerlo todo mucho más fácil. Eólo estuvo oportuno.





Cuando el barco quedó firme y pudimos mirar a nuestro alrededor detalladamente, quedamos mudos por unos minutos… qué destrozo! Lo que tal vez fue en su día uno de los mejores rincones de la zona, no nos resultó nada acogedor. Construcciones dispares por la montaña y la costa, boyas de amarre por todas partes dentro del puerto, las torres de agua y electricidad arrancadas de su base y mucho, mucho plástico por todas partes.





Más tarde, con un poco más de abstracción hay que reconocer que el entorno todavía da señales de la maravilla natural que pudo ser tiempo atrás. Es un puerto natural que acaba en playa, rodeado de montañas con verdaderos bosques de olivos y cipreses. 




El amarre público que está a babor justo al pasar la bocana, tiene espacio para tres barcos, limitado además por una plataforma que tiene todo el aspecto de llevar ya algunos años allí flotando sin mantenimiento alguno. 





De ella se amarró un barco al final de la tarde que con un poco de brisa que sopló al caer la noche aquello navegaba en todas direcciones; por suerte el viento no fue a más y acabó pronto. No hay electricidad, ni agua, ni gasolinera. Vimos algún camión cisterna por los alrededores. Hay duchas en la playa, tiendas, bares y restaurantes para escoger. Se puede llegar andando hasta las dos siguientes calas al Norte de la bahía.



submarinos que no se sumergen...


Con todo visto y sin perder mucho tiempo al día siguiente pronto en la mañana cuando todavía quedaba el mar de fondo del día anterior que llegaba entonces del NW salimos rumbo Norte para llegar a Othoni. Fue necesario el motor hasta que pasamos a resguardo de la Isla Mathraki, con Othoni ya a la vista por la proa. 

Isla Mathraki vista desde el Sur.

A resguardo de ambas islas el mar ya quedó bastante calmado. Sopló la brisa justa para airear las velas y más tarde favorecer la maniobra dentro del puerto Avlaki, que a diferencia del mes de julio cuando pasamos por primera vez ahora estaba bastante lleno.Cuando nos aproximábamos para entrar en puerto llegamos a dudar que hubiese espacio libre por la cantidad de mástiles que se veían desde fuera. En el fondeo solo había un velero que aún sufría los efectos del mar de fondo casi imperceptible a simple vista.
 Dimos un pase a distancia por el lateral del puerto sin acercarnos a la zona de bajos y nos pareció que había un espacio entre dos veleros. También vimos que el bajo se había cobrado una nueva víctima. 




Entramos en Avlaki y el espacio entre dos barcos abarloados al muelle era justo para la medida del Yin Yang. Nos acercamos, metimos un poco la proa y el resto lo hizo el viento que nos acolchó suavemente contra el muelle. Recibimos la ayuda de los nuevos vecinos para pasar las amarras y listos! De nuevo en Othoni… hasta parecía que volveríamos a ver a Giovanni y su Isalou; pero no ocurrió. 
Quedaba descansar y buscar el mejor día para cruzar a vela hasta Tricase- Italia.






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